La película dirigida por Oliver Stone nos acerca a un tema de actualidad que involucra al gobierno de los Estados Unidos durante la presidencia de Barack Obama referido al espionaje y uso de información privada de los ciudadanos comunes que fuera denunciado por Edward Snowden, un consultor tecnológico ex empleado de la CIA (Agencia Central de Inteligencia) y la NSA (Agencia de Seguridad Nacional)
Asimismo pone en cuestión el uso de internet y de redes sociales como mecanismos de control de los habitantes de los diferentes países, haciéndonos reflexionar sobre temas como la libertad personal, la seguridad y el dominio.
Stone realiza una gran puesta en cuadro explotando al máximo los recursos audiovisuales, con tomas muy logradas en las que se plantean y exponen las posibilidades del registro visual en los diferentes medios y a su vez la vulnerabilidad de la privacidad de los ciudadanos.
Asimismo logra un collage de imágenes amalgamando las documentales y las ficcionales planteando una película que trata de construirse cercana al documental no tanto por la estético sino por la mixtura de ambos registros. Tanto es así que no teme utilizar imágenes del Snowden real, así como otras de Joseph Gordon-Levitt, el actor que lo interpreta, que, hay que resaltar, logra gran parecido físico con el personaje histórico.
La trama es rápida y a veces es difícil poder asimilar toda la información que se proporciona, lo que no impide que se entienda correctamente el argumento.
En suma, un film muy actual que nos lleva a cuestionarnos sobre el uso de las tecnologías y los mecanismos de control.