Las dos caras del amor
Hay una superficie e inmediatamente debajo, como las corrientes de agua dulce debajo de algunos ríos, una segunda lectura de Sólo amigos, la comedia romántica que tiene al exniño mago de Harry Potter como protagonista.
Por encima, Wallace (Daniel Radcliffe) y Chantry (Zoe Kazan) se conocen, se caen bien y ante la relación sentimental que ella tiene con un tercero deciden convertise en amigos, mejores amigos. Todo está empezando en sus vidas y por eso la cosa funciona. Wallace está a punto de recibirse de médico y su antigua manera de relacionarse con las mujeres está en crisis. Chantry, mientras tanto, está en una posición expectante en su trabajo: tiene chances de evolucionar y es el tipo de persona que tarde o temprano lo hará, pero otros asuntos la mantienen en vilo. Por ejemplo, su novio. El muchacho está haciendo carrera en la ONU, viaja todo el tiempo y parece que tardará un tiempo en asentarse en más de una cosa.
De manera subterránea, fluye el lazo emocional que Wallace y Chantry trabaron no bien se vieron, jugando con unos imanes de una heladera en una fiesta. Ella descubre en él una energía en sintonía que en su novio no encuentra tal como la necesita. Y a él le ocurre algo similar.
La película dirigida por Michael Dowse y escrita por Elan Mastai consigue fijar estos parámetros interiores mientras sabe entretener gracias a situaciones sorprendentes, diálogos chispeantes y retratos de personalidades que buscan ser originales. Este interés por diferenciarse de otras comedias románticas del estilo se hace bien explícito en el uso de dibujos animados o efectos especiales irónicos para romper cualquier molde indeseado que hubiera querido instalarse donde no debe.
Tiene, además, una enmarcación amigable, un buena banda sonora y la metrópoli norteamericana fotografiada con un ojo sensible.