La educación de los hijos cambia de generación en generación. Los avances de la tecnología y la psicología proveen ciertos dispositivos y teorías que antes no estaban a la alcance de la mano de nuestros padres y abuelos y que los recién estrenados en el arte de criar parecen en muchos casos reverenciar con devoción suprema. El conflicto estalla cuando estos dos tipos de crianza entran en choque y los niños, cual ratitas de laboratorio, se ven enfrentados a dos maneras de conocer y desenvolverse en el mundo.
El matrimonio (con poca química) conformado por Marisa Tomei y Tom Everett Scott debe viajar por compromisos laborales de él, y ante la imposibilidad de contar con los abuelos paternos, más adelante se los definirá como los “títulares”, muy a su pesar deben recurrir a “los otros abuelos”, los maternos. Liberales, laxos en cuanto a las normas y con un estilo de crianza chapado a la antigua, Billy Crystal y Bette Midler llegan a la casa de sus nietos con el desenfado, la locura y la desestructura que los niños necesitan. Tienen cinco días para que sus nietos logren conocerlos y que los aprecien tanto como a sus otros dos abuelos.
No es una comedia excepcional ni tiene originalidad desenfrenada, pero “Parental guidance” (tal es su titulo original que tiene más que ver con la historia propuesta que el ridículo nombre utilizado para su lanzamiento por estos lares) trae de regreso a Crystal y Midler que necesitan de muy poco para sacarnos varias risas. Aunque cueste un poco reconocerlos debajo de tantos liftings y operaciones de dudosos resultados, son ellos dos junto al trío de pequeños niños quienes logran que la cinta tenga momentos de genuina comedia a pesar de los cientos de lugares comunes por lo que transitará y las situaciones que desde el comienzo sabremos cómo se resolverán. La inclusión de Tomei y Scott es meramente secundaria, bien podrían haber elegido a otros dos interpretes que poco hubiera influido en el resultado final.