Una experiencia religiosa
Korine toma a MTV y Britney Spears como íconos de la frivolidad que caracteriza a la generación postmodernista por excelencia y se nutre de la estética del videojuego para crear una celebración de toda esa degradación de la cultura pop. Ahí entra en juego el videoclip, "las chicas Disney" en bikinis luciendo gorros rosados con un diseño de unicornio mientras bailan con ametralladoras al ritmo de un tema de la princesa del pop, una referencia recurrente en la película. Esa secuencia es la que encierra la esencia de la película...