Es lo que hay
Después de 42 años concluye la historia que George Lucas comenzó para dar lugar a toda una nueva dinastía "made in Disney"
Después de 6 años en su poder, parece mentira lo mal que Disney ha tratado a la franquicia de Star Wars, con todo el dinero que tuvo que pagar para quedarse con Lucasfilm.
La cosa había comenzado más que bien con la llegada de J.J. Abrams (productor y director de Lost, Star Trek y Super 8, entre otras), el regreso del reparto original y también del guionista Lawrence Kasdan y del compositor John Williams, que dejó grabada en la memoria del colectivo imaginario los temas que compuso para los 6 films anteriores.
Pero hasta en los mejores equipos las cosas pueden salir mal y por eso El Despertar de la Fuerza (Star Wars The Force Awakens, 2015) fue algo que muchos consideraron un “homenaje” al film original de 1977 –que George Lucas ya había hecho con el Episodio I (1999)- pero terminó siendo una “remake” en la que quedó bien en claro que los actores de las películas originales nunca volverían a interactuar todos juntos en pantalla.
Primera decepción para los fans
Después de este “amague”, llegó la caprichosa Los Últimos Jedi (Star Wars The Last Jedi) de Rian Johnson, un director que considera que hacer “fan service” está mal y que desea ser cuestionado por el público. Lo logró, masacrando no sólo a una buena cantidad de los personajes que había creado Abrams, sino también profundizando en el objetivo de impedir la reunión de los actores originales con “la nueva generación”, algo a lo que contribuyó la muerte real de varios intérpretes como Carrie Fisher (Leia) y Kenny Baker (R2-D2). En definitiva, Johnson se limitó a hacer una “remake” de El Imperio Contrataca (Star Wars The Empire Strikes Back, 1980) pero con las secuencias en desorden, para que nadie se diera cuenta.
Segunda decepción para los fans
De tal manera lo manejó Johnson que el director que lo iba a suceder, Colin Trevorrow (el de Jurassic World, 2015) decidió dar un costado. Disney decidió darle una trilogía a Johnson para que desarrolle él solo pero ante la crítica respuesta de los fans, dio marcha atrás y lo dejó libre.
Ahora, con un panorama desolador, el único que se animó a retomar la tarea fue Abrams, que decidió seguir los designios de los fans y abordar la historia por el lado del denominado “fan service”, que no es otra cosa que darle un gusto tras otro a los seguidores de Star Wars. Después de todo... ¿para quiénes se hacen estos films?
El regreso desde “El Regreso”
Es por eso que en este Episodio IX, denominado El Ascenso de Skywalker (Star Wars the Rise of Skywalker), lo primero que se pregunta el espectador es… ¿qué Skywalker ascenderá si el linaje está extinto? Bueno, no tanto ya que la generala Leia sigue viva en la ficción gracias a escenas escritas especialmente por él junto al guionista Chris Terrio –de Argo (2012), Batman v Superman (2016) y Liga de la Justicia (Justice League, 2017)- para utilizar metraje de El Despertar… que quedó inédito.
De esta manera, comienza la historia que tiene como villano, a falta del Líder supremo Snoke que Rian Johnson asesinó de una manera insólita en la anterior entrega, al fallecido Emperador Palpatine (Ian McDiarmid), que sin explicar muy bien cómo es que volvió de la muerte, anuncia su regreso a la acción con una gigantesca flota oculta en los confines de la Galaxia conocida.
Así las cosas, los rebeldes se lanzan a una carrera para dar con el paradero de Palpatine antes de que éste logre poner en marcha su plan maestro y reconquistar el trono que le fue arrebatado por Luke Skywalker (Mark Hamill) décadas atrás.
De esta manera, Rey (Daisy Ridley), Finn (John Boyega), Poe (Oscar Isaac), C-3PO (Anthony Daniels) y Chewbacca (Joonas Suotamo) emprenden un nuevo camino que los llevará de planeta en planeta, mientras siguen una pista que Luke dejó en su búsqueda del planeta originario de los Sith, los malos más malos del universo.
En el medio se cruzarán con el flamante Líder Supremo Kylo Ren (Adam Driver), ahora aliado del emperador, y personajes clásicos como Lando Calrissian (Billy Dee Williams) y “nuevos” de la “factoría Abrams” como Snap Wexley (Greg Grunberg, que ya apareció en las dos entregas anteriores), Beaumont Kin (Dominic Monaghan, de “Lost”) y Zorii Bliss (Keri Russell, la protagonista de “Felicity”).
“Ayúdanos Bebé Yoda, eres nuestra única esperanza”
Abrams hace malabares durante dos horas para que el espectador no se aburra (la acción no decae en ningún momento), mueve sus piezas de acá para allá y genera intrigas por doquier y consigue un film muy entretenido que, sin embargo, no logra despegarse de la maldición y se convierte en una “remake” de El Regreso del Jedi (Star Wars Return of the Jedi, 1983) con luna de Endor y osito Ewok incluido.
Todo esto no deja lugar a dudas de que futuro de la franquicia quizá ya no esté en el cine, donde anunciaron que no estrenarán más trilogías (¡que la fuerza los acompañe!), sino en la TV o el streaming, como lo demuestra la sensacional recepción de The Mandalorian, un western que sigue los pasos de un cazarrecompensas que viaja de aquí para allá junto a un personaje que conquistó Internet: el bebé Yoda.
¿Faltan cosas? Seguro que sí, y el director se podría haber jugado con un final más espectacular que el que logró, pero así y todo la historia llega a su fin y cierra un círculo abierto hace 42 años en un planeta al que iluminan dos soles gemelos en una galaxia muy, muy lejana...