Retomando los hechos acontecidos en The Force Awakens, en esta oportunidad la corrección estilística y política de la propuesta termina por configurar un espectáculo predecible que intenta, a través del humor, unificar aquellos puntos que comienzan a desplegarse en su narración.
Su extensa duración, además, juega en contra del dinamismo que siempre ha caracterizado a la saga, generando momentos de progresión mucho más laxa que preconfiguran el espacio para que los efectos especiales, las luchas y los confrontamientos hagan lo suyo. Emotividad pura las escenas de Carrie Fisher.