Este ha sido un año de grandes estrenos. Enormes propuestas han pasado por la cartelera, una tras otra, algunas verdaderamente extraordinarias, otras simplemente pasatistas. Pero como suele ocurrir, nunca se escapa la película que pretende salir adelante solo con agregar el formato 3D y, si bien para algunos incautos puede funcionar, les aseguro que Step Up Revolution está lejos de ser un producto recomendable.
De movida su argumento es predecible, desde el primer momento en que presentan a los personajes y el conflicto en general, ya uno se puede dar una gran idea de lo que va a pasar. No esperen algún giro inesperado por parte del director Scott Speer, ni nada que pueda salvar a la narración porque eso no ocurrirá. La historia de amor que traman los protagonistas Ryan Guzman y Nicole Debeau está ya tan trillada que aburre de estar esperando el desenlace.
También es difícil ignorar que al parecer el casting sólo se propuso encontrar jóvenes carilindos que sepan bailar antes que actuar, como en el caso de Misha Gabriel Hamilton y con el elenco femenino. Uno ya sabe de antemano que cuando va a ver una película como esta, lo único que pasa a primer plano es la danza, pero se esperaría que se tomen la molestia de trabajar un poco más aquellos elementos que hacen a una película.
No todas son piedras, ya que siendo una propuesta de baile sería injusto no hablar de ello. Estos aparecen a lo largo de todo el metraje y son los únicos momentos eventualmente rescatables. Hay que saber reconocer la gran labor de los especialistas que generan esas asombrosas coreografías, en donde se puede apreciar que todo el enfoque del producto estaba puesto en ellas. Es a raíz de esto que sólo se pueden decir cosas amables en ese aspecto, dado que esta Step Up bien podría ser definida como cuatro videoclips de gran producción.
Música y bailes, si, ¿pero qué pasa con lo que la hace una película? Por más que los productores hayan querido agregar el 3D, este no suma en absoluto a lo largo del film y no se percibe en casi ningún momento. Esto la convierte en una excelente opción para aquellas adolecentes que solo quieran ver chicos lindos moviendo sus cuerpos e historias de amor de plástico, si es que se le puede llamar "historia de amor". A los amantes del buen cine les recomiendo hacer frente a sus novias, en caso de que decidan arrastrarlos a las salas.