Pensada diferente
En un año en el que salieron dos películas sobre el recordado emprendedor digital, el británico Danny Boyle se despacha con un muestrario de buenas actuaciones que se queda en el camino.
A cuatro años de su muerte, Steve Jobs, a esta altura un hombre convertido en una leyenda del universo digital, ya tiene dedicados tres filmes y varios episodios de series televisivas y ahora llega esta nueva producción dirigida por Danny Boyle, el creador de éxitos como ¿Quién Quiere Ser Millonario?, Trainspotting y Exterminio, entre otras.
Boyle aborda al Steve Jobs más personal y menos centrado en la tecnología que se pudo ver en otras producciones como la Jobs protagonizada por Ashton Kutcher en 2013 y se diferencia de la misma en el hecho de que no hace un repaso global a la vida del empresario sino que se focaliza en tres momentos clave de su carrera.
Es así que el genial Michael Fassbender se pone en la piel del Jobs que está a punto de salir a un escenario a presentar tres de los productos más emblemáticos de Apple: la Macintosh que se lanzó en De Anza Community College (California) en 1984, así como la fundación de NeXT computers en 1988 en la San Francisco Opera House, y en 1998 con la aparición de la primera iMac en 1998 ocurrida en el Davies Symphony Hall de la misma ciudad.
En los tres casos, la acción se presenta al estilo de una obra teatral, con diálogos que ocurren entre Jobs, su eterna agente de presan Johanna Hoffman (la talentosa Kate Winslet), su ex pareja y madre de su primera hija Crisann (Katherine Waterson), sus socios Andy Hertzfeld (Michael Stuhlbarg) y Steve Wozniak (Seth Rogen), John Scully (Jeff Daniels), el CEO de Apple que él mismo contrató y luego lo despidió; y por sobre todos ellos la pequeña Lisa (Makenzie Moss, Ripley Sobo y Perla Haney-Jardine), en un principio no reconocida por su padre.
Así, el filme no incurre en un gran despliegue escenográfico y concentra su artillería en una interminable catarata de datos sobre la vida de Jobs con los que el espectador además debe armar una suerte de rompecabezas ya que el director juega continuamente con "flashbacks".
De esta manera, Steve Jobs se convierte en un muestrario de excelente actuaciones –los intérpretes competirán en varias categorías en los Golden Globes y ya se habla de varias nominaciones al Oscar- pero el filme es algo (bastante) hermético y quizá no llame la atención del gran público debido, precisamente, a que está dirigido específicamente a los conocedores de la carrera del diseñador del iPhone.
Para ellos, es recomendable.