La vida de Steve Jobs, el fundador de Apple y Pixar, vuelve a ser contada en una película. La primera vez fue en la TV movie “Los Piratas de Silicon Valley” (Pirates of Silicon Valley, 1999), que se centraba en la rivalidad entre la compañía de la manzanita y Microsoft de Bill Gates, y la cuestionada “Jobs” (2013), muy criticada por ser poco verídica en su historia.
En esta ocasión, el inglés Danny Boyle (“Trainspotting”, “¿Quién quiere ser millonario?”, “127 Horas”) y el guionista Aaron Sorkin (“Red Social”) adaptaron partes de la biografía autorizada escrita por Walter Isaacson (publicada en 2011) para llevar al espectador al detrás de escena de tres momentos clave en la carrera de este empresario que lideró la revolución digital.
Estos son los lanzamientos de tres productos icónicos. El primero, en 1984, es la Macintosh en el De Anza Community College, en Cupertino, California. El segundo, en 1988, la NeXT Computer, en el San Francisco Opera House (un fracaso que afrontó tras su despido de Apple). Y el tercero, la exitosísima iMac en 1998 en el Davies Symphony Hall de San Francisco.
En cada uno de estos lugares, y antes de salir al escenario a realizar los respectivos anuncios, veremos a Jobs, impecablemente interpretado por Michael Fassbender (aunque no logra parecerse físicamente como lo hizo Ashton Kutcher), lidiar con todo tipo de situaciones, y personas como Joanna Hoffman (una genial Kate Winslet), Jefa de Marketing de Macintosh; su amigo Steve Wozniak (Seth Rogen), co-fundador de la compañía; Andy Hertzfeld (Michael Stuhlbarg, uno de los miembros originales del equipo de desarrollo de Apple Macintosh; y John Sculley (Jeff Daniels), ex presidente de Pepsi y director ejecutivo de Apple.
En cada backstage también están su ex novia Chrisann Brennan (Katherine Waterston), quien le reclama dinero para su hija Lisa (interpretadas por Makenzie Moss, Ripley Sobo y Perla Haney-Jardine en diferentes edades), a quien no reconocía legalmente como propia.
A lo largo de estos tres actos, muy teatralizados y combinados con algunos efímeros flashbacks, se expone, de manera muy atrapante, la difícil personalidad de Steve Jobs, un genio detallista obsesionado con la perfección y, muchas veces, insoportable e insensible, lo cual alejaba a algunas personas que lo rodeaban. Lástima que algunos aspectos de su vida, plasmados en el libro, quedaron afuera de esta muy buena película que ya está cosechando nominaciones a premios de la industria.