Una realidad aparte
Dentro de los grandes estudios suelen utilizarse frases cortas para dar una idea acerca de adónde apunta el contenido de las películas que se están elaborando. A ésta la describían como “Alicia en el País de las Maravillas con armas de fuego” y esta frase sirve para empezar a desgranar un largometraje bastante bizarro para el público común, pero accesible y que provocará reacciones apasionadas (a favor o no) entre los cultores de estos productos.
¿Por qué bizarra? Hay algo demasiado alternativo en este cuento donde conviven chicas con problemas mentales, samurais, nazis, robots, dragones, pistoleros, prostitutas y bailarinas, entre otras. ¡Es curioso que el director hace que todo encaje, como si manejara una plastilina mágica capaz de unir la variedad de elementos!
No se trata de temas tan ajenos unos y otros, ya que todos suelen ser considerados “subgéneros”, y constituyen la materia prima de mucho cine clase B y Z: fantasía, animé, videoclip, ciencia ficción, bélico, suspenso, infantil, erótico, terror, policial.
El director que hace que funcione el combo se llama Zack Snyder (300), que con legiones menores de seguidores también supo conquistar éxitos en filmes como El amanecer de los muertos, Watchmen o Ga’Hoole, inspirándose en novelas gráficas, libros infantiles o filmes de culto.
Sucker punch: mundo surreal divide aguas. Algunos se enamorarán de su deslumbrante diseño visual; a otros les parecerá un sancocho de efectos especiales (siempre queda un margen para la indiferencia, por supuesto).
Lo difícilmente discutible es que se trata de un filme diferente, hecho con dedicación y pasión. Como también parece difícil poner en duda que Zack Snyder es un cineasta a respetar, porque desafía y explora el lenguaje cinematográfico adocenado, aun desde Hollywood. Snyder será el comandante de la próxima Superman, y eso dentro de la lógica del espectáculo norteamericano, es graduarse con honores.