Lucrecia (Mercedes Morán) y Pedro (Gustavo Garzón) se definen como “técnicamente” separados, la verdad es que aún no deciden romper su matrimonio definitivamente. Estas vacaciones a Florianópolis acompañados de sus dos hijos jóvenes les traerán esclarecimiento a sus relaciones y también algunas incertidumbres.
La familia luego de un largo viaje, tras decepcionarse de la primera casa que iban a alquilar, dan con Marco, un brasileño local, que les propone una cabaña en un lugar bastante alejado, cerca de las playas de Florianópolis.