Comedias acerca de personajes de vacaciones abundan. Comedias argentinas acerca de personajes de vacaciones, también. Comedias argentinas acerca de personajes de vacaciones en Brasil, no tanto, pero hay ejemplos para destacar: Mis amores en Río (1959), de Carlos Hugo Christensen, y más recientemente, All Inclusive. También forma parte de este grupo Sueño Florianópolis, buscando ser algo más que un simple pasatiempo.
Un matrimonio en crisis compuesto por Lucrecia y Pedro (Mercedes Morán y Gustavo Garzón) viaja a Brasil con sus hijos (Manuela Martínez y Joaquín Garzón), ambos adolescentes. El plan es pasar unos días en Florianópolis, ciudad balnearia brasileña que no visitan desde hace diez años. Allí se hospedan en la casa de Marco (Marco Ricca) y su esposa, Larisa (Andrea Beltrão). Parecen ser las vacaciones perfectas para el clan, en un intento por mejorar los vínculos algo distorsionados. Pero durante esos días ocurrirá una serie de situaciones que llevará a que cada uno comience a encauzar su vida.
La película puede emparentarse con All Inclusive. El film de los hermanos Levy también se enfoca en una pareja (una pareja de jóvenes adultos actuales, para ser más precisos), pero dentro de una comedia de enredos donde los gags nacen de las equivocaciones de los personajes. Sueño Florianópolis va por un terreno similar, pero con el sello de su directora, Ana Katz. Las obras de Katz (recordemos Una novia errante y Mi amiga del parque) indagan en la vida de personajes en plena crisis y cómo se relacionan con quiénes los rodean, y lo hace valiéndose de humor pero sin olvidar el drama humano que estas historias tienen como base. Aquí la comedia nace del intento de la familia por comunicarse en portugués (añadiendo a veces, y sin querer, palabras en italiano). Luego el tono deriva en un retrato intimista de Lucrecia y Pedro, quienes no logran resolver su situación y cada vez están más cerca de experimentar el síndrome del nido vacío (la hija, por ejemplo, entabla una relación sentimental con el hijo de Marco). El punto de vista recae en el de Lucrecia y sus sentimientos encontrados, que Mercedes Morán logra transmitir con su talento característico.
La película también pinta un fresco de una familia argentina de clase media de comienzos de los 90, que ya empezaba a vacacionar en el exterior, y cómo sus miembros tratan de mantener las apariencias aun cuando internamente viven un caos. De todos modos, Katz no condena a ninguno de los personajes sino que muestra sus complejidades sin emitir juicios de valor.
Si bien Mercedes Morán sobresale por encima de todo el elenco, no es menos destacable el trabajo de Gustavo Garzón (siempre infalible para hacer reír y para los momentos más duros) y Marco Ricca, quien trasciende el estereotipo del brasileño alegre y sensual.
Sueño Florianópolis divierte como comedia y sale adelante cuando se pone más dramática, pero jamás renuncia a su condición de estudio de una familia en medio de una etapa crucial de su vida.