Martín Fernández Cruz (La Nación):
Bajo el kilométrico título Sword Art Online, la película: Progressive Scherzo de una profunda oscuridad, el film gira alrededor de Kirito y Asuna, héroe y heroína de una saga que comenzó hace más de veinte años, y que se desarrolla en novelas, videojuegos e historietas. En esta aventura, los protagonistas deberán hacerle frente a un poderoso monstruo que esconde en su interior una poderosa lanza. Y aunque es evidente que la trama no pretende inventar la pólvora, el atractivo de Sword Art Online se apoya en que se trata de un mundo de brujerías y caballeros, en el que los personajes son jugadores de un RPG (por Role Playing Game), estos juegos en los cuales los participantes aumentan sus capacidades de combate y armamento a medida que superan a monstruos cada vez más grandes.
El de los RPG es un género muy popular en Japón, y la saga de Sword Art Online es una de las que mejor trasladó al campo de las historietas y la animación la lógica de esos videojuegos. Frente a la inmensidad de esta franquicia, la inevitable pregunta es si los no iniciados en este mundo pueden encontrar atractivo a este título. Y la respuesta es que no. Pero el verdadero problema no es necesariamente desconocer los códigos del RPG, sino que el film en sí mismo tiene una despareja narración que no construye un vínculo con el espectador. Que el largometraje resulte apático en la mayoría de sus pasajes no es responsabilidad de la saga Sword Art Online, sino de una perezosa dirección y de un guion que solo busca monetizar una trama irregular, contextualizándola bajo el ala de una franquicia millonaria.
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