Taekwondo

Crítica de Jessica Johanna - El Espectador Avezado

Marco Berger y Martín Farina se unen para realizar esta película con el indiscutible sello Berger. En Taekwondo un grupo de muchachos se juntan a pasar unas vacaciones en una quinta de Ezeiza, un lugar con todas las comodidades porque en algún momento funcionó como punto de encuentro de personas que querían dejar de fumar y necesitaban reemplazar el deseo del cigarrillo por otras distracciones. Son todos varones, jóvenes, desinhibidos.
El deseo flota en cada escena. Berger ya demostró que es capaz de retratarlo como pocos en nuestro cine, y acá no es la excepción. A veces menos sutil que otras, el film desprende mucha naturalidad, esto logrado principalmente gracias a las actuaciones. Los directores dejan a sus personajes ser, estos son llevados a través de situaciones con alcohol, porros, juegos, conversaciones sobre sexo, infidelidad, etc. Van y vienen, congenian, se entienden, se divierten.
A la hora de filmarlos, a estos personajes y principalmente a estos cuerpos, Berger apuesta a su estilo inconfundible. Lo homoerótico presente hasta en situaciones que a simple vista no lo tendría. Sí hay casi un abuso de planos de bultos y miembros masculinos, creando planos donde casi cualquier excusa parece servir para centrarse en ellos.
Entre tanto personaje masculino al principio el foco se pierde entre ellos pero luego la narración encuentra el modo de centrar la atención más que nada en un personaje. Así se sucede de manera natural y entretenida. Casi dos horas de película en algún momento comienzan a sentirse un poco reiterativas para llegar a una resolución que no necesita mucho más que unas pocas palabras (una pregunta precisamente) y una acción. Una resolución que no necesita de clichés, sobreexplicaciones ni situaciones obvias hasta llegar a ella. Sí una tensión sexual que a medida que la película se sucede se incrementa, una vez más, sintiéndose siempre de un modo muy natural. Sí da la sensación de que le sobran algunos minutos al film, especialmente en la segunda mitad.
Después de Mariposa, la primera película de Berger protagonizada por un personaje femenino pero cuyo relato no le escapa a temáticas tratadas a lo largo de toda su filmografía, Taekwondo es un regreso por la senda precisa y marcada que el realizador transita, aunque esta vez lo haga acompañado, por el director del documental Fullboy.
Un cine maduro, a simple vista trivial, pero quizás porque desde eso trivial es que mejor y más natural le sale retratar estas historias.