Theodore Melfi (St. Vincent) dirige Talentos Ocultos, esta historia desconocida sobre tres mujeres negras que fueron imprescindibles para que en 1969 la NASA pudiera mandar al hombre a la luna.
Taraji P. Henson, Octavia Spencer y Janelle Monáe interpretan a tres mujeres que trabajan en la NASA, como unas llamadas “computadoras”, calculadoras humanas, en el sector designado para la gente negra. Una, es una experta en las matemáticas desde muy pequeña, otra sueña con ser ingeniera en un mundo donde ni siquiera una mujer tiene acceso a ese tipo de estudios, mucho menos una negra, y la otra aspira a ser supervisora de unos programadores de la por entonces nueva tecnología de IBM.
Cuando el jefe matemático interpretado por Kevin Costner busca ayuda entre estas calculadoras, llega Katherine (Henson) y de a poco comienza a hacerse notar por la rapidez y solidez de sus cálculos, y por el modo de entregarse al trabajo aun teniendo que soportar no tener un baño para su gente en ese edificio, lo que la hacía correr varias veces al día, o que tuviese una jarra de café separada del resto, pero quizás lo peor ocurría cuando ni siquiera le dejaban firmar los cálculos que hacía con su nombre.
Al mismo tiempo, Mary (Monae) descubre lo que quiere ser, ingeniera, y decide incluso ir a juicio para que le permitan estudiar.
Dorothy (Spencer) recibe constantes negativas ante su deseado ascenso (entra en juego acá Kirsten Dunst quien aun en pocos minutos de pantalla siempre logra destacarse) pero eso no le impide hacer aunque sea a escondidas aquello que sabe y quiere, hasta que se lo reconozcan.
Las tres forman un trío de mujeres fuertes y decididas, nunca dispuestas a doblegarse ante el racismo ni el machismo que predomina en esa sociedad. El film bucea entre los tres personajes sin ahondar más que lo necesario en la vida personal de cada una de ellas. La vida de Katherine, viuda con hijos pequeños y una incipiente posibilidad de romance con un coronel interpretado por Mahershala Ali (nominado al Oscar por su trabajo en Moonlight), toma un protagonismo apenas mayor que el de resto pero la decisión del director de centrarse en el trabajo es sin dudas acertada.
Talentos Ocultos es un agradable e interesante relato, el problema es que a veces no puede evitar caer en lugares comunes de estas películas que parecen hechas para colarse en la temporada de premios. A nivel actoral el film está muy bien logrado, de hecho se acaba de alzar con el premio a Mejor Elenco de Película en los SAG Awards. Henson está mucho más contenida de lo que suele y eso le juega a favor, y Monáe, que recién ahora empieza a trabajar en cine, demuestra tener un carisma imprescindible para la pantalla (se la puede ver también en Moonlight). Otro buen trabajo es el de Kevin Costner, ese jefe que antes que nada necesita que la gente haga su trabajo y bien.
Entretenida, con un buen equilibrio entre drama y comedia, ligera a la hora de desarrollar un contexto más político (hay mucho hincapié en lo social, claro, pero no mucho sobre lo que empezaba a cocinarse con la Unión Soviética),
Talentos Ocultos revela ese mundo desconocido que no deja de ser imprescindible para que aquel otro del que todos somos testigos sea posible, esa cara oculta de la NASA. Una simpática y necesaria historia de esfuerzos y valentía que en dos horas de duración nunca aburre.