Catalina Dlugi (El portal de Catalina):
Una comedia liviana que juega con la contraposición de un famoso actor español, un hombre abrumado por las deudas, la competencia desleal del servicio de taxis, su próxima paternidad y un mal humor combustible, que estalla siempre, con un argentino, chanta, seductor, recién salido de la cárcel y sin un peso. Dos estereotipos en acción. Con dos actores que combinan con buena química. El eficaz Joaquín Furriel que derrocha seducción en la comedia. Y el humor físico y siempre al borde del personaje que hace Dani Rovira. Entre estos opuestos, que son hombres sin futuro y desesperados se impone resolver una leyenda, la del oro escondido en el peñón de Gibraltar por los nazis. Lo que deviene en película de caminos, un rato, persecuciones cómicas y no tanto en los pasillos internos de esa roca inaccesible y huídas varias. Un argumento escrito por el director Alejo Flah, junto a Fernando Navarro que sirve como soporte para el lucimiento de los actores y en la línea hiperpopular de los apellidos vascos y sus secuelas menores.
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