“Tienes que creerme. Necesito que recuerdes lo que te voy a decir. Esta cosa te va a seguir. Alguien me la dio a mí. Yo te la he pasado a ti. Donde sea que estés, hay algo caminando lentamente hacia a ti. Lo único que puedes hacer es pasárselo a otra persona”.
A simple vista, “It follows” funciona como metáfora sobre el sexo y las posibles consecuencias, como las enfermedades de esa transmisión. Es así, que en esta película tener sexo puede hacer que te persiga una maldición. Pero también es la solución, porque al pasarla, podés librarte de ella.
Pero en muchos sentidos “It follows” es más de lo que se puede a ver a primera vista. Con una calidad fotográfica deslumbrante (hay planos que son casi una obra de arte en sí misma) que le escapa al acotado presupuesto de la película, el film funciona además como un relato de iniciación, el paso de la adolescencia a la adultez.
No obstante, el género que elije para contar esta historia en la que no hay adultos (excepto aquellos que te persiguen una vez que te haya agarrado la maldición), es el de terror. Quizás porque crecer no es fácil y todo lo desconocido al principio da miedo.
La construcción de climas es más que efectiva y el terror está siempre presente, estamos constantemente sumergidos en él a tal punto de que cualquier persona desconocida que veamos nos genere miedo.
Tras un prólogo bello e impactante, el film se sumerge en sus climas de manera pacífica pero sin generar nunca aburrimiento, al contrario, manteniéndonos expectantes. El trabajo que hace su protagonista Maika Monroe (quien también brinda una actuación deslumbrante en la inédita en nuestro país, “The Guest”, confirmándola ya como una de las scream queens del cine contemporáneo) es formidable, imprimiéndole a su personaje un dejo de inocencia, de dulzura, en un mundo tan extraño y hostil a veces.
Otro de los puntos a favor que tiene el film es que no cae en lugares comunes del género. Las escenas de sexo nunca son protagonista –en realidad no están, sólo se insinúan-, y el terror se genera de manera gradual, sin necesidad de caer en golpes de efectos.
El guión a veces hace agua y es un poco desparejo, pero aún así estamos ante una de las propuestas más interesantes que nos ha dado el género del terror últimamente. Un film que puede ser considerado cine arte y a la vez mainstream, como su estreno y recaudación en los Estados Unidos ha demostrado. Lamentablemente acá llega un poco tarde y es probable que eso le juegue en contra en cuanto a taquilla, aunque también es cierto que ya tuvo dos presencias importantes en festivales de nuestro país como el de Mar del Plata y el BAFICI.
Y con lo bella que es estéticamente y su banda sonora que nos envuelve de manera sutil pero efectiva, It follows merece ser vista en pantalla grande. Sin dudas nos pone a su director, David Robert Mitchell, en el foco de atención para lo que venga luego.