Alguien o algo te sigue… y todo por haber tenido relaciones sexuales, podría ser un juego de adolescentes en la vida real, pero en una película, es terror. No hay adultos en el film, y muy poco diálogo tienen los jóvenes actores. Creando suspenso a cada instante con una fotografía desaturada, y jugando con elementos retro. Los primeros cinco minutos atrapan, seducen al espectador, a tal punto que son clave para decidir si uno sigue viendo o no la película. Es el segundo film de Mitchell.