El viaje en el tiempo nunca fue el núcleo de la historia de Terminator. Ni en la primera (Terminator, 1984) donde funciona como plot device, ni en la segunda (Terminator 2: Judgment Day, 1991) donde el viaje se reduce a poner al cyborg en una linea de tiempo distinta. Reglas claras.
En esta secuela de la secuela (Terminator 3 Rise of the Machines, 2003) las paradojas temporales juegan un papel preponderante. Y allí radica su error. En T3 se llegaba al dia del juicio final, la manera de continuar la saga fue pensar un nueva trilogía, pero T4 (Terminator Salvation, 2009) no le gustó a nadie. Génesis vuelve a las fuentes, y su primer acto parece diseñado como puro fan service y funciona muy bien.
Estamos en 2029, el año en que Skynet manda al T-800 a matar a Sarah y la resistencia hace lo propio con Kyle. El momento más genial del film es el encuentro en la escena recreada CGI mediante del T-800 con los punks. El problema es como se sigue desde ahí. Presentes, futuros y pasados alternativos que enredan en vano una trama que al ser tan tonta ni siquiera sirve como ejercicio intelectual.
Un Arnold de tres “edades”, Una Sarah que no convence desde lo físico, Kyle que le habla a Kyle niño y la revelación más ridícula del film, una sorpresa que no es tal ya que la pusieron en el póster y en el tráiler… sí, el material promocional contiene el mayor spoiler de la película. Schwarzenegger es lo mejor de un saga gastada, en este caso además los chistes le funcionan, algo es algo. Cine chatarra.