Un lúgubre terreno de mutantes
¿Osos, perros, mutantes? Nunca queda en claro cuál es el peligro que corren las tres parejas de jóvenes que deciden realizar turismo aventura en el pueblo de Prypiat para conocer la antigua planta de Chernobyl. Todo transcurre entre las abandonadas edificaciones del pueblo ucraniano, donde la catástrofe nuclear parece haber matado a todo ser vivo.
Una apasionante excursión se convierte en la peor pesadilla signada por la muerte. Amenazados por la radiación que aumenta a cada paso, los seis turistas deberán sobrevivir mientras el espectador delibera quién será el siguiente en morir. Original, en absoluto.
Todo relato de suspenso supone precisamente eso, suspenso. Sin embargo, en esta película la repetición de escenas, el diálogo gastado y el abuso de linternas derivan en un desenlace predecible. Reiteradas son las coincidencias con “El Proyecto Blair Witch” donde prevalece el escenario natural, los pastizales y el desarrollo de los crímenes a cielo abierto. Un filme ilógico, carente de una trama sólida y mucho menos terrorífico que la real tragedia de Chernobyl del año 1986.