Se estrena The disaster artist: obra maestra, sobre la realización de la peor película de la historia, The Room, y su curioso director y protagonista, Tommy Wiseau. James Franco dirige y protagoniza y se convierte en él en esta gran comedia sobre la amistad y la necesidad de perseguir nuestros sueños.
James Franco es actor, director, escritor, fotógrafo, artista plástico y vaya uno a saber cuántas cosas más. Ha sacado libros, ha dado clases, ha dirigido algunas películas sin mucho éxito pero sobre todo es conocido por su faceta actoral en el género de la comedia. No resulta una sorpresa entonces que Franco se haya sentido identificado, o al menos cercano, a Tommy Wiseau, un muchacho del cual además nadie sabe demasiado, de dónde viene, su edad ni siquiera de dónde saca tanto dinero. Porque Wiseau se muestra como una persona que busca el éxito a toda costa pero siempre trabajando, aunque no haga las cosas del modo más convencional, digamos.
Nuestros objetivos los podemos cumplir siempre y cuando no dejemos de trabajar para ello, aunque nos pongan trabas, aunque no seamos necesariamente talentosos. Por eso quizás James Franco haya sido la persona idónea para poner en foco a Tommy Wiseau, a quienes ya conocían aquellos que vieron The Room porque es imposible de olvidar. Y así, Franco logra su mejor película como director y su mejor interpretación hasta la fecha.
Basada en las memorias que Greg Sestero escribió junto a Tom Bissell, The disaster artist: obra maestra empieza con el encuentro entre Tommy y Greg (interpretado por el hermano Dave Franco), dos aspirantes a actores. Greg queda inmediatamente deslumbrado por Tommy que sin miedo se sube al escenario y entrega todo en una interpretación desbordada. No tardan en hacerse amigos y Greg se va a vivir con él a un departamento que tiene en la ciudad de las estrellas para perseguir su carrera como actor.
A Greg comienzan a ofrecerle algunos papeles, aunque sean roles menores, pero a Tommy le cuesta bastante pasar las audiciones. No obstante, Greg nunca deja de creer en él y lo insta a hacer su propia película. “Si nadie te va a dar un papel en su película, entonces hacela vos”. Así comienza la odisea de The Room. Y si bien Dave y James Franco son indudablemente hermanos porque su similitud física es perceptible a primera vista, James acá está caracterizado para parecerse más a Wiseau y no distraernos entre ambos parecidos.
Entonces, con una cuenta que parece no tener límites y por lo tanto contando con un presupuesto ilimitado, algo impensable en el mundo del cine sobre todo para un principiante, Wiseau se carga toda la película para él. Escribe, dirige, protagoniza y produce. Y hace toda su película a su modo, sin escuchar sugerencias, ni de presupuesto ni de dirección ni de guión, teniendo a un script doctor (interpretado por el fiel amigo de Franco, Seth Rogen) prácticamente de decoración.
La película está escrita por Scott Neustadter y Michael H. Weber y ésta se balancea entre el homenaje a Tommy Wiseau y su curiosa película, y la relación de amistad con Sestero. Así, hay una gran comedia a la hora de mostrar cómo se hizo The Room, sin embargo hay también mucho corazón porque a la larga Wiseau hizo esta película ante todo porque Sestero creía en él, aunque por momentos esa relación se torne algo asfixiante para uno de los dos. No se queda en una simple comedia con escenas graciosas.
Es inevitable querer comparar esta película con Ed Wood, pero al mismo tiempo totalmente injusto. Allí Tim Burton no sólo retrataba a este también curioso personaje y contaba cómo se había realizado aquella peor película de la historia a la que después The Room le sacaría el puesto, sino que también era un homenaje al cine de esa época y a la figura del gran Bela Lugosi.
James Franco es acá menos ambicioso, apuesta al género que conoce –aunque es curioso que sea la primera película de comedia que dirige tras pasar sin mucho éxito por el documental y el cine de época principalmente- y se convierte en Tommy Wiseau de una manera increíble que, por si no se vio The Room y todavía quedaban dudas, la comparación entre ambos durante los créditos dejan en evidencia. Sí, así era The Room realmente, sí, así dice sus famosas líneas Tommy Wiseau.