Intriga saber qué pensarán los seguidores de la Cienciología teniendo al personaje que da nombre al film inspirado en en L. Ron Hubbard, fundador de esta controvertida iglesia. Más allá de esta pequeña curiosidad, jamás se nombrará a este movimiento aquí rebautizado como La Causa, la película de Paul Thomas Anderson es un tratado sobre la religión, el poder de dominar la mente y la voluntad de las personas y sobre la influencia de ciertas figuras de poder sobre las acciones de aquellos que deciden seguirlos a pies juntillas.
Tras la Segunda Guerra Mundial, un veterano de la marina (Joaquin Phoenix) se cruzará casi por accidente con Lancaster Dodd (Philip Seymour Hoffman) quien junto a su mujer Peggy (Amy Adams) son los líderes de La Causa, una agrupación que ejerce una significativa presión en la vida de sus seguidores, convenciéndolos de la importancia y la carga que significan las acciones realizadas en las vidas pasadas.
Lancaster encuentra inspiración en Freddie para escribir su segundo libro, donde cambiará sutilmente el enfoque del movimiento, creando cierta confusión en sus seguidores más devotos. “No somos presa de nuestras emociones” repiten cual mantra ya que “accediendo a los recuerdos guardados de vidas anteriores se pueden llegar a curar enfermedades, entre ellas ciertos tipos de leucemia”.
Cuando los “principios” son cuestionados, responden a través de la agresión, el patoterismo, el insulto y la intolerancia, aquello que se supone que ellos mismos condenan. Aquí se mezclan religión, hipnosis, incredulidad y principios sectarios que pueden ser muy peligrosos en mentes débiles o necesitadas de contención.
Paul Thomas Anderson es un realizador que se arriesga y jamás apuesta a lo seguro, aunque en este caso –con una historia compleja que requiere de un espectador atento- la Academia lo haya ignorado casi por completo. Cultor de un bajo perfil y con una personalidad huraña, ver a Phoenix en pantalla es siempre cautivador. Tan alejado de la frivolidad del show business sólo en sus interpretaciones tenemos la posibilidad de verlo y notar su evolución actoral, en este caso magistralmente acompañado por Hoffman y Adams.