Anexo de crítica: A pesar de que promete más de lo que termina entregando, Thor (2011) es un gran espectáculo visual que compagina con dificultad segmentos cómicos con otros más dramáticos de influjo shakesperiano, cortesía del inefable Kenneth Branagh. Vale aclarar que mientras estos últimos funcionan a la perfección, los primeros se hunden en remates previsibles relacionados con la incompatibilidad entre el protagonista y el mundo de los humanos. Lo mejor de la propuesta pasa por el prólogo y la actuación de Chris Hemsworth, una verdadera revelación…-