Se esperaba que la cuarta entrega de Thor sea un éxito de taquilla y lo fue. El segundo film de la franquicia dirigido por Taika Waititi (Jo Jo Rabbit, Thor, Ragnarok) fue un éxito en recaudación que llegó a los cines con un elenco notable: Christian Bale, Natalie Portman, Russell Crowe y por supuesto Chris Hemsworth en el papel principal.
En el caso de Thor hay un traspaso en el personaje a lo largo de su historia: De Dios del trueno todo poderoso a una especie de superhéroe bromista. Si bien esto puede sumarle cierto matiz gracioso a las películas, es una decisión que a la larga resta más de lo que suma a nivel artístico. En Love and thunder hay un exceso de chistes, colores y estímulos innecesarios y por momentos bizarros que atraviesan todo el film, aún cuando la trama tiene más carga dramática que humorística: Gorr (Bale) es un villano que busca venganza por la muerte de su hija y está decidido a asesinar a todos los dioses, mientras que Jane (Portman) decide enfrentar su enfermedad terminal de una forma diferente: lejos de hacer reposo, se convierte en una especie de Thor Woman y ayuda a su enamorado a derrotar el mal. Waititi busca compensar el drama de la enfermedad de Jane y la oscuridad muy bien lograda de Gorr (excelente actuación de Bale), con un Thor «cool» y gracioso por demás que debe buscar la ayuda necesaria para poder vencer al villano de turno. Con ese fin acude sin éxito a Zeus, personaje compuesto desde el absurdo (olvidable performance de Russell Crowe).
Si bien muchas decisiones de Waititi como director y coguionista son cuestionables, como la innecesaria adopción de la temática LGBT en varios personajes del filme, debe destacarse la ejecución de ciertas escenas de acción, la utilización del blanco y negro en momentos puntuales, y la construcción del personaje de Gorr.
Las actuaciones de Christian Bale y Natalie Portman son excelentes, Chris Hemsworth defiende con gracia a un Thor en exceso gracioso, pero que aún así logra entretener. La música de Guns n’ roses es un gran acierto técnico y artístico en la historia.
Una entrega que apenas logra entretener a los devotos seguidores del MCU.