El sonido del trueno
Bien por la nueva Thor. La segunda película de esta saga iniciada en 2011 repite viejos aciertos y agrega nuevos, para darle continuidad a una historia que le cayó muy bien al público de inmediato.
En Thor. Un mundo oscuro, la científica Jane Foster (Natalie Portman) y su equipo están investigando posibles contactos con mundos alienígenas, mientras en el espacio exterior se cierne una amenaza contra todo el universo.
Hace dos años que Foster no ve a Thor (Chris Hemsworth), de quien se enamoró y quien le prometió regresar, cuando se topa con él en una fábrica. Él necesita detener a los elfos negros, y ella, sin saberlo, ha recibido en su sangre una sustancia necesaria para terminar de armar al amo del mal, por lo cual ha pasado a ser objeto de codicia del ejército enemigo.
La segunda entrega de Thor es una película consistente por varios lados. Tal vez lo más novedoso, sorprendente, y atractivo, es su estilo visual. Los diseños de ciudades, vestuario, extraterrestres, naves y armas son bastante originales. Aunque lo más exquisito está en muchas representaciones más "volátiles", como los paisajes y los ambientes donde acontecen las acciones.
Hablando de acciones, las hay en buena cantidad: en el aire, cuerpo a cuerpo. No ocupan la totalidad del metraje, no empalagan ni aturden, aunque alguien podría pedir un poco más.
En cambio, está mucho mejor la transición. Las secuencias donde se construye la trama, con diálogos, intrigas y movimientos de escenarios, logran también ser interesantes, y hacen bastante llevadero al conjunto.
Thor es el dios del trueno de la mitología nórdica y germánica, que domina el clima, las cosechas, la justicia, los viajes y las batalles, entre otras áreas. Su principal instrumento es el martillo, con el que puede hacer blanco sin fallas y que se empequeñece hasta caber en un bolsillo. El cristianismo persiguió a sus creyentes e hizo que esa deidad fuera vista como lo contrario, un demonio.
La empresa de entretenimiento norteamericana Marvel tomó a la figura y la convirtió en un personaje de sus historietas. Para algunos será un mero acto comercial. Para otros, el triste destino para la religión que sucumbió a otra fe hegemónica.
En este capítulo, cuyo título es premonitorio, las cosas se ponen gris oscuro para los paladines, y cuando eso sucede, es porque hay nueva secuela en puerta.