¿Qué pasaría si la realidad que vivimos es una de muchas? ¿Y si tuviéramos la posibilidad de viajar espacio-temporalmente?
Llevado al español como Todo en todas partes al mismo tiempo, esta cinta de la distribuidora A24 nos plantea otra forma de ver el multiverso. Una familia china que vive trabajando en una tintorería estadounidense, mientras el panorama parece colapsar en cualquier momento. Ahí es cuando la acción de la trama empieza a cobrar vida, mezclando comedia, ciencia-ficción, suspenso y algo de filosofía.
El film de The Daniels (Dan Kwan y Daniel Scheinert, respectivamente, que también son los productores y guionistas), plasma una historia que, para empezar, mezcla el inglés con el mandarín y el cantonés (que desconozco cuánto se perderá en el doblaje), ante un staff super variado de caras conocidas en papeles chicos para darle importancia y hacer foco hacia los protagonistas: los Wang. En especial a Evelyn (Michelle Yeoh), quien gracias a ella logra la mayor transformación en su personaje, junto a su marido Waymond (Ke Huy Quan) y su hija Joy (Stephanie Hsu) que realiza otro papel, fundamental dentro de este argumento, llevando el humor y la atención a un nuevo nivel.
Luego, yendo a los detalles técnicos, la música compuesta por Son Lux y la fotografía de Larkin Seiple trabajan a la par junto al montaje de Paul Rogers que, cuando creíamos haber visto todo, pasamos de cortes directos sucesivos a planos largos para que nuestra vista descanse o de colores estridentes a blancos luminosos, de tonos cálidos a fríos, contrastes y opuestos por doquier, donde nada está puesto al azar.
También, hay que destacar las actuaciones de Jamie Lee Curtis, Harry Shum Jr, James Hong y los dobles de riesgo Andy Le y Brian Le que encabezan estos últimos una de las escenas de luchas más alocadas jamás vistas, incluyendo ralentizaciones y secuencias muy bien coreografiadas.
En fin, esta película de 139 minutos promete y no desilusiona, apostando a un público ATP (o a lo sumo PG-13) donde tanto grandes como chicos lo podrán disfrutar sin problemas.