Como se preveía por el tono de la segunda parte, aquí el equipo de Pixar profundiza la perspectiva melancólica y el ataque contra la cultura de la obsolescencia. Una pequeña dosis de la chispa de la original desapareció pero aún así el rendimiento de Toy Story 3 (2010) continúa siendo muy positivo. Sólo la secuencia de acción apocalíptica en el basurero y el esplendoroso desenlace valen de por sí el precio de la entrada. Por cierto no es imprescindible pagar el 3D, para variar por fin podemos elegir disfrutarla con subtítulos. El homenaje a Mi vecino Totoro (Tonari no Totoro, 1988) de Hayao Miyazaki es otro detalle encantador…