Otro amor que arrasa con todo
Ada (la bella Valentina Cervi) está casada, tiene una hija, parece feliz. Pero un día aparece en su vida un escritor algo desganado. Y a partir de allí nada será igual. El film no carga sobre los supuestos sinsabores matrimoniales, tampoco deja mal parado al marido, lo que insinúa es que este amor arrollador viene a ocupar un vacío que hasta allí no se había manifestado. Y los amantes empiezan a transitar la ruta de siempre: citas, mentiras, encuentros inolvidables, algo de culpa, en fin las contraseñas de un amor inesperado que desquicia un orden establecido y que avanza con la fuerza de un torrente irresistible. ¿Se puede amar a dos hombres? pregunta ella. El esposo perdona, el amante sueña, el amor queda en lista de espera. Pero el final abierto nos deja sin respuestas. Como tantas otras comedias dramáticas francesas de los últimos años, es liviana, elegante, dispersa, con buena gente, pero la historia y sus personajes se evaporan sin dejar rastros. Entre idas y vueltas, nos viene a recordar que el amor enajena y fascina, duele y perdona, pero también confunde y destruye.