Paula Hernández, directora de Herencia y Lluvia, lleva Un amor a Victoria, Entre Ríos, donde Luis Ziembrowski, Diego Peretti y Elena Roger reconstruyen, tres décadas después, un adolescente triángulo amoroso. La cineasta consigue el tono justo a la hora de narrar, por duplicado, la violenta irrupción del amor en un tiempo y un lugar donde no pasaba nada. Esta adaptación del cuento de Sergio Bizzio confirma a Hernández como una cineasta con una sensibilidad inusual para hablar de aquellos momentos del pasado que marcan las vidas de sus protagonistas.