Protagonizada por Timothée Chalamet, Selena Gomez y Elle Fanning, llega a los cines Un día lluvioso en Nueva York, la nueva comedia romántica dirigida por el ya consagrado Woody Allen.
Un día lluvioso en Nueva York se rodó hace más de dos años, pero su lanzamiento fue postergado múltiples veces (de hecho aún no cuenta con fecha de estreno en los Estados Unidos), luego de que, en el marco del Movimiento #MeToo, volviera a cobrar fuerza la denuncia de violación que Dylan Farrow presentó contra el director.
Como ya nos tiene acostumbrados el director, esta película es una comedia romántica sobre una relación entre dos personalidades disparejas. Además, en cada escena se nota la marca que Woody Allen construyó a través de sus años en la industria. Los edificios imponentes, el clima que parece acompañar la suerte de los diferentes personajes, un protagonista excéntrico y poco comprendido por quienes lo rodean. En cada toma se siente la esencia del neoyorquino.
Timothée Chalamet (quien demuestra, una vez más, ser uno de los actores de esta nueva generación que mejor se adapta frente a las cámaras) se pone en la piel de Gatsby Welles, un joven que nos rememorará automáticamente a aquellos personajes que más le gustaba interpretar a Allen durante su época frente a la cámara: nervioso, excéntrico pero tímido, torpe pero culto. Este joven no sabe muy bien qué hacer con su vida, sólo parece tener dos cosas en claro: que es muy bueno para las apuestas y que ama a Ahsleigh Enright (Elle Fanning), su pareja desde hace algún tiempo.
A la risueña Ahsleigh, cursante del último año de periodismo, se le presenta la oportunidad de entrevistar a su director de cine favorito. Es así que los enamorados emprenden un viaje (con intenciones románticas por parte del joven) a la Gran Manzana. Luego de que su novia le va cancelando prácticamente todos los planes acordados para los días de estancia, Gatsby inicia un recorrido solitario por las calles de Nueva York. Es ahí que se reencuentra con Shannon (Selena Gomez), la hermana menor de una de sus ex novias. La química entre ellos es instantánea.
Como en muchas de las películas del neoyorquino, la ciudad en sí es un punto clave para abordar este relato (más si tenemos en cuenta que la historia se desarrolla en Nueva York). La Gran Manzana se destaca, entre decenas de cosas, por su contraste en sus edificaciones (y también en sus ciudadanos). Los dos mundos que parecen coexistir en este lugar -uno completamente lujurioso/ostentoso y otro donde reina la nostalgia de lo antiguo- generan un paralelismo tanto con Gatsby como con Ahsleigh. Quienes, definitivamente, buscan destinos diferentes en sus vidas.
Un día lluvioso en Nueva York no es una de las mejores películas de Allen, ni tampoco una de las mejores comedias románticas de la historia. Aun así, es una propuesta entretenida, que nos brinda una mirada simple (aunque algo estereotipada) sobre las relaciones personales. El final resulta completamente predecible y ciento por ciento cliché, pero no deja de ser emocionante y bello (tanto desde lo narrativo como desde lo visual). Allen tiene una larga experiencia en retratar el amor en general (y el romanticismo en particular) y este film, claramente, no es la excepción a esta marca tan reconocida que tiene el director.
Un día lluvioso en Nueva York podría resultar una película romántica más del montón, pero la marca de Woody Allen se hace presente para rescatarla de ese lugar. No es bella sólo por su historia en general, sino también por su fotografía. La imponente ciudad con sus edificios tan diferenciados generan un contraste particular con cada personaje. Finalmente: Timothée Chalamet ¡gracias por existir!