Luego de dirigir 500 días con ella y El sorprendente hombre araña, Marc Webb presenta Un don excepcional: un drama familiar protagonizado por Chris Evans.
En esta ocasión el actor que interpreta a Capitán América se pone en el papel de Frank Adler: un hombre que debió hacerse cargo de su sobrina, Mery Adler (McKenna Grace), luego de que la madre de ella se quitara la vida. Todo cambia cuando Evelyn (Lindsay Duncan), abuela de la niña, reaparece en sus vidas para tratar de quitarle la custodia a Frank y así enviar a Mery a un colegio para chicos superdotados, ya que la pequeña tiene un don especial para las matemáticas.
Por un lado Frank quiere que Mery lleve una vida común: asista a un colegio normal, tenga amigos con los que jugar y las típicas cosas de una chica de 7 años. Por otro lado, Evelyn quiere que su nieta reciba la mejor educación posible y su talento sea aprovechado al máximo. Si bien Evelyn parecería ser la antagonista de la trama, la realidad es que, al igual que Frank, sólo busca, a su parecer, lo mejor para la pequeña.
La actuación de McKenna Grace es algo para destacar. Con tan solo 10 años la pequeña logra destacarse en cada escena en que aparece. Además la química que se ve en pantalla entre ella y Chris Evans es encantadora. Ambos actores se muestran naturales y la relación entre ellos se ve completamente natural.
La película no sólo hace eje en el juicio que hay de por medio, sino que su foco está puesto en la parte humana de los personajes. A pesar de esto, muchos temas que podrían haber realzado el film son pasados por alto o dejados en un segundo plano, como por ejemplo el hecho de que un chico superdotado no pueda tener una infancia normal al resto y tenga que crecer de forma abrupta.
Si bien Un don excepcional cae en algún que otro momento en golpes bajos, es una película con una historia humana y sencilla. El film mostrará que no siempre hay buenos y malos, sino sólo personas que toman decisiones, correctas o incorrectas, que creen mejores para sus seres amados.