Escrita junto a Bryan Woods y Scott Beck, Un lugar en silencio, que dirige el actor John Krasinski, quien además protagoniza junto a su mujer Emily Blunt, es una de monstruos en un futuro muy cercano.
Una raza alienígena cayó en la Tierra y la humanidad, o lo que queda de ella, aprendió a sobrevivir como pudo en el bosque. Sin saber demasiado de estas criaturas sí entendieron, por las malas, que lo que los llama es el sonido, cualquier tipo de ruido. Así, una familia pudo adaptarse al aprender a convivir en el mayor de los silencios: se comunican prácticamente con señas, juegan a los dados sobre un mantel, escuchan música a través de los auriculares. La única manera de sobrevivir es así, en silencio.
Como era de esperar, el sonido juega un papel fundamental en el relato. Casi sin líneas de diálogo (y algunas de las pocas que tiene hasta bien podrían ser prescindibles), es en el silencio en el que conviven donde cada sonido, cada ruido toma un mayor protagonismo. Sobre todo con una situación que está por acontecer: la mujer cuenta con un embarazo ya muy avanzado por lo que la familia además debe intentar prever qué y cómo van a hacer cuando nazca ese niño.
Krasinski logra un film de terror con mucha tensión, sin dar respiro, especialmente en su último tercio donde las cosas que no salieron del modo planeado van desencadenando más encuentros y desencuentros con estas monstruosas criaturas. Estamos ante una de terror minimalista, donde los sustos son generados por causas reales, donde cada ruido es realmente aterrador por aquello a lo que llama.
El film está rodado de manera prolija y cuidada. Alejada por ejemplo de Cloverfield, una película (en su primera entrega) a la cual podrían rememorar estos monstruos. Es una historia que se sucede en general de noche y sin embargo no es la oscuridad lo que provoca el miedo. Los monstruos no ven, pero escuchan todo.
Además de Emily Blunt y el propio Krasinski, el film está protagonizado por dos jóvenes actores: Noah Jupe y Millicent Simmonds. El primero como el hermano menor, lleno de miedo pero obligado a ser fuerte cuando no tiene otra opción, y la segunda como la hermana que carga con una culpa por una grave pérdida que sufre la familia al comenzar la película en una impactante escena.
Si bien el film empieza con la figura del hombre en el lugar del protector de la familia, el relato luego le va cediendo mayor y mejor lugar a los personajes femeninos y allí logran destacarse ellas dos: Blunt entregando una poderosa interpretación y Simmonds (que es hipoacúsica en la vida real y es su segundo largometraje habiendo debutado ni más ni menos que en Wonderstruck de Todd Haynes), con una actuación más sutil y emotiva pero igual de consistente.