Es trillado comenzar diciendo esto, pero no por ello convierte la siguiente afirmación en menos cierta: con sólo apreciar la secuencia de títulos uno sabe que está frente a una nueva creación del personal Wes Anderson.
En esta oportunidad, dos preadolescentes deciden vivir su amor apartados de sus familias y amigos y escapan hasta una escondida playa de la isla de Nueva Inglaterra en donde viven. Claro que la comunicación y la tecnología no son las actuales: esta historia se remonta a 1965 y será menester de sus familiares, la policía y un líder de grupo boy scout encontrar a los niños.
El preciosismo visual, la fotografía y el humor paródico que nos regala Anderson en esta oportunidad, nos transporta a la época de sus mejores propuestas. Aquí uno queda fascinado por el talento de los jóvenes protagonistas (Jared Gilman y Kara Hayward), sin duda revelaciones de la cinta, y con la capacidad de Bruce Willis, Edward Norton y Frances McDormand para cambiar su registro habitual y sumarse a un estilo tan característico y celebrado como el de Anderson.