Bajo las órdenes de John Wells (conocido por su trabajo como director y productor ejecutivo en las series “ER”, “Third Watch”, “The West Wing” y “Shameless”), Bradley Cooper se pone en la piel de Adam Jones, un chef que lo tenía todo (prestigio en Paris y dos estrellas Michelin), pero que destruyó su carrera debido a las drogas, los malos hábitos y a su comportamiento arrogante.
Cometió algunos errores que le hicieron ganar enemigos, dentro y fuera de la industria gastronómica. Por eso, una vez recuperado y con deseos de enmendarlos, este cocinero caído en desgracia y que sólo intenta diferenciarse con el objetivo de lograr explosiones de sabor, está determinado a redimirse.
En Londres, y con la ayuda de su amigo Tony (Daniel Brühl), encabeza el equipo de cocina del restaurant de un hotel en el que puede conseguir su tercera estrella Michelin. Para ello necesitará a los mejores asistentes y comienza a reclutarlos, aunque le es difícil dejar de ser tan controlador y ponerse a trabajar en equipo.
Helene (Sienna Miller), Max (Riccardo Scamarcio), Michel (Omar Sy) y David (Sam Keeley), son algunos de los que se suman a este proyecto que le devuelva el prestigio al protagonista, muy bien interpretado por Bradley Copper, quien además debe lidiar con sus propios celos profesionales al enfrentar a un ex-amigo y chef rival, Reece (Matthew Rhys), dueño del ansiado trío de estrellas Michelin.
Por momentos comedia y otros, drama, “Una Buena Receta” es un film bastante entretenido con muchas escenas que nos generarán hambre (los planos de las preparaciones son increíbles) y que nos muestra un panorama de cuán estresante debe ser esta profesión. Una historia sobre el amor por la comida, pero también sobre las segundas oportunidades.
El elenco se completa con Uma Thurman como una crítica culinaria, y la ascendente Alicia Vikander, quien tiene una brevísima aparición como la hija de un chef que ha sido el mentor del personaje de Cooper.