Hace más de cuarenta años, Belela Herrera dedica su vida a salvar la de otros. Los perseguidos políticos, los desplazados por guerras civiles, los refugiados son su preocupación y vocación. Belela fue representante del Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR) en Santiago de Chile, Brasil, Costa Rica y Argentina en los años más duros de las dictaduras militares en América Latina. Su historia es también la de una mujer que se inventó a sí misma y torció el destino reservado a las muchachas de su clase social: unir en matrimonio su apellido a otro de la alta sociedad, una gran familia, una existencia cómoda y elegante. Y también es la historia de un legado femenino que es parte y consecuencia de la resistencia invisible de miles de mujeres. En un continente hundido por golpes de estado y grupos paramilitares, una mujer menuda enfrenta gigantes.