Si bien no puede escapar a los tropos del género “Una noche para sobrevivir” tiene el suficiente grado de acción, ritmo y actuaciones sólidas para lograr que la historia se sostenga hasta el final. Como en la agotada “Taken” el personaje de Neeson hará todo lo que sea necesario para proteger a su familia. Jimmy (Neeson), fue el asesino más temido del bajomundo de New York pero ahora es un alcóholico a la sombra de Shawn Maguire (Ed Harris) que busca que su hijo Danny (Boyd Holbrook) tome el negocio -ilegal- familiar. Pero Danny tiene una personalidad impulsiva que lo lleva a involucrarse con una pandilla de albanos desobedeciendo a su padre. El hijo de Jimmy (Joel Kinnaman) por el contrario es un padre de familia que se gana la vida entrenando en boxeo a jóvenes de las calles de NY. Cuando estos mundos colisionen el pasado de Shawn y Jimmy repercutirán en sus hijos. Jaume Collet-Serra que ya trabajó con Neeson en Non-Stop y Unknown juega con movimientos de cámara que viajan a través de la noche trasladando la narrativa de barrio en barrio mientras con escenas de pelea bien coreografiadas y crudas busca emular aquellas películas de Mamet y De Palma, y por momentos lo logra. Como todo historia de redenciones truncas el final es agrio y sucio como trama.