Participante en La Semana de la Crítica y ganadora del Premio Gan Foundation (a la distribución) en el Festival de Cannes 2016, se estrena Una semana y un día. En su opera prima, Asaph Polonsky, mezcla el drama con la comedia.
La película cuenta la historia de Eyal (Shai Avivi), un hombre de unos cincuenta años que se encuentra atravesando la muerte de su único hijo a causa de un cáncer. El film acompañará al protagonista quien, de visita al hospital para recuperar la manta de su difunto hijo, termina robando un paquete de marihuana medicinal. Al no saber cómo armar los cigarrillos, terminará entablando una relación con Zooler (Tomer Kapon), el hijo del matrimonio vecino.
Una semana y un día se enfocará en los comportamientos que tendrá el protagonista luego de la pérdida de su hijo: como el hecho de no asistir al funeral o de comportarse de forma grosera con sus vecinos. Además se puede ver el dualismo que hay entre él y su esposa, Vicky (Evgenia Dodina), a la hora de enfrentar una situación de tal magnitud: mientras que ella decide volcarse por completo a la rutina, él muestra pánico a la hora de realizar las mismas actividades.
La tristeza está latente de forma permanente en el film pero es acompañada por las constantes situaciones cómicas entre Eyal y Zooler. El director israelí logra un humor casual, las vivencias y los diálogos no parecen forzados sino que muestran cómo, en el fondo, el protagonista intenta ocultar su dolor, logrando una armonía perfecta entre el drama y la comedia.
A pesar de la situación dramática que plantea la trama, el guion de Polonsky en ningún momento cae en golpes bajos para buscar la lágrima fácil. Si bien siempre sobrevuela un tono doloroso y de duelo, éste queda contrarrestado por la idea de que la vida continúa y, pase lo que pase, hay que seguir adelante.