Salgan al sol
Daybreakers se presenta con una interesante y típica premisa sobre los ya muy explotados tópicos vampirezcos, aunque esta vez visto desde una perspectiva corporativista, correlato social y fuertes guiños al cine de clase B.
El núcleo desde el cual se construyen los personajes es bastante trillado, pero se rescatan las actuaciones de Ethan Hawke, Claudia Karvan, Sam Neill y en un lejano segundo puesto William Dafoe, aunque el personaje más interesante para analizar es el del hermano del protagonista (Michael Dorman), que escapa de los convencionalismos estereotipados en los que se apoyan los hermanos Spierig -directores y guionistas de esta obra-, para desenvolverse en un ir y venir constante entre las dos realidades que atañen a la situación planteada en el film.
Es así como nos encontramos con elementos de acción sofisticados para lo que acostumbran estas propuestas, como por ejemplo la escena de "la carnicería transformadora" de los minutos finales, o -tal vez la mejor escena de la película- la original "ejecución" a los híbridos por parte de los soldados que defienden esa entidad que suple sin cuestionamientos la posición gobernante en la estructura política tan bien jerarquizada a modo de alegórica crítica social en la trama (los hambrientos bajo tierra, los descentes en la superficie, y en el medio la adaptación a esa transición por la que se pasa ante el dilema de la cuestión).
Aquí no tendremos presidentes, sindicalistas, ni pobres desamparados, pero sí contaremos con un jefe de corporación bien maquiavélico (Neill), los que se revelan al sistema y el modo de vida (Hawke, Karvan y Dafoe), y finalmente los sedientos de sangre que desconocen los avances científicos que revelarían cuál es la cura (palo a los negocios farmacéuticos).
Más allá de los prototipos obvios en la formación del guión, las vueltas de tuerca "inesperadas" que aún así son muy predecibles, los típicos entes protagónicos para el desarrollo del film, y el hecho de que este servidor no quiere saber más nada de vampiros por unos años por culpa de una insistencia temática del 2009 que llevó al hartazgo, se pasa el rato viendo las secuencias de acción mencionadas, el buen maquillaje, las grandes dosis de hemoglobina y un justo metraje enmarcado en una pintoresca y correcta banda sonora. Lo único que queda por saber es qué llegará primero: el video juego o la segunda parte.