Después de su reciente paso por la Competencia Internacional del Festival de Cine de Mar del Plata, donde ganó el Gran Premio del Jurado, se estrena Vendrán lluvias suaves, película de Iván Fund escrita junto a Tomás Dotta, que se introduce en el cine de género pero con el estilo que caracteriza a su realizador.
Un día de verano que se corta la luz, los adultos no despiertan. Sumidos en una especie de sueño eterno -o al menos provisorio-, los niños despiertan como de costumbre y se encuentran como si estuviesen solos en el mundo, pues los adultos no son más que cuerpos arrojados sobre la cama, no muertos, simplemente durmiendo.
Si los adultos no despiertan y los niños se quedan solos, el hermano menor de una de las protagonistas no estará con nadie en su casa. Es entonces que deciden ir a buscarlo, en un principio desenvueltos por la ausencia de la mirada adulta pero, con el paso del día, algo más preocupados. En especial una chica con la que se encuentran en el camino, la mayor, que teme cumplir años y no poder despertar. Y ese trayecto, esa road movie a pie, es el que va a narrar Fund en Vendrán lluvias suaves.
Un mundo sin adultos, con niños y mascotas que quedan olvidados y vagando. Es eso principalmente la película, un andar. No hay grandes conflictos ni mucha acción, y sin dudas la película no lo necesita, no para lo que el director, junto a su coguionista Tomás Dotta, pretende contar. En el medio, placas con fragmentos de cuentos infantiles presentan esta especie de viñetas o capítulos, como si fuese un cuento, aunque estas frases no tengan relación directa e impriman más un tono que otra cosa.
Fund apuesta a la contemplación, al estilo de cine observacional que tan bien maneja, y no necesita más que eso, una destacable fotografía y un grupo de pequeños actores que le sigan el rastro. La infancia que narra Fund es hermosa pero está llena de terrores que en principio le pertenecen a los adultos.
Un film protagonizado exclusivamente por niños podría haber encontrado con facilidad flojeza en las interpretaciones, y sin embargo eso no sucede. Cada uno de ellos se desenvuelve con naturalidad, capaces de mantener incluso esos largos planos que le gustan a su director.