Marcelo Vergara es un tipo que choca contra el sistema y tampoco tiene sintonía con los vínculos. Por eso cada tanto tiene cortocircuitos con la familia, con algún que otro amor, con el jefe que le suelta la mano y con sus amistades. En ese tránsito de ir contra la corriente, a Vergara se le ocurrió que quiere tener un hijo. Y va más allá de sus intenciones de tener una pareja: a él le interesa ser papá y punto. En ese derrotero conseguirá cómplices de su cruzada, como es el caso de su único amigo fiel Juan Pablo (Lautaro Borghi), y se topará con mujeres como Laura (María Celia Ferrero), que le pone límites. Sergio Mazza, el director de “Gallero” y “Graba”, decidió filmar esta historia íntegramente en Rosario, sin caer en los lugares comunes de enfocar el Monumento, sino espacios visualmente interesantes como la zona de los muelles de Bajada España o bien La Isla de los Inventos, así como también el Puerto de Rosario. La trama se plantea como una comedia, pero de a poco va girando hacia el drama cuando se hace foco en la angustia y el desamparo del protagonista (Jorge Sesán), quien se siente cada vez más solo e incomprendido. Hay momentos en que es fácil empatizar con el personaje, sobre todo cuando se lo muestra enfrentado al destrato de un inspector de tránsito y al ninguneo del empresario que nunca le paga una deuda. Mazza vuelve a hacer foco en el hombre común y desde esa singularidad construye una trama que se espeja con el karma de muchos. Una película que suma a la producción audiovisual de la región.