Conocer en profundidad a una persona puede resultar agobiante. Incluso en las situaciones más triviales es posible encontrar picos de tensión que se asoman desde lo subterráneo. Vidrios se propone explorar el universo de las relaciones interpersonales mediante una serie de escenas de apariencia aislada, con personajes anónimos que se actualizan constantemente y dialogan entre sí hasta hacer estallar un momento en el absurdo. La intimidad exige sus propias reglas, no siempre funciona de la manera prevista y genera más preguntas que respuestas. A través de una búsqueda formal y estética, el alcance de los estados emocionales y los vínculos que los sostienen traslucirán la incógnita más allá de los 94 minutos que dura el film.