Nadie es profeta en su tierra
Cory Lambert (Jeremy Renner) es un cazador experto y de pocas palabras, que al recibir el llamado de los padres de su ex mujer para que los ayude con un animal que les diezma el ganado, sólo lo considera un trabajo más para ir acompañado de su hijo.
Al llegar a la reserva Wind River (nombre que le da el título a esta película) se encuentra con lo que a nadie le gustaría ver en un paraje montañoso y desolador: el cadáver de una jovencita semi-enterrado por la nieve.
Desde ese momento y en adelante, todo girará en torno a la búsqueda de respuestas, y con la ayuda de una novata agente del FBI, Jane Banner (Elizabeth Olsen), se intentará llegar a la verdad acerca de esta sospechosa muerte y todo lo que implica para quienes se vieron involucrados.
El director Taylor Sheridan sorprende una vez más con esta historia cargada de suspenso y una trama compleja. Ya hizo su destaque en la última premiación de los Oscar, por su labor en el guion de la nominada Sin nada que perder (Hell or high water), y en esta oportunidad, no sólo escribe sino que también dirige, que presenta todos los matices necesarios de un thriller recargado.
La historia podría parecer trillada, a estas alturas es casi común encontrarse con filmes sobre muertes misteriosas y sospechosos indefinidos; Sheridan lo sabe, por lo que abre la trama hacia otras cuestiones, que pueden parecer indiferentes al tema central, pero a medida que transcurre el metraje, toman una fuerza tan determinante que hace virar todo lo que antes parecía obvio. El pasado tormentoso que aún pesa sobre el protagonista y su entorno, el maltrato hacia los pueblos originarios de EE.UU., el rol de la mujer en un territorio hostil que no tiene piedad por los más débiles; todo se mimetiza de tal manera que a veces resulta difícil focalizar la atención en el conflicto central.
El guion de Sheridan lleva todo a muy buen puerto, incluyendo las interpretaciones de Renner y Olsen, que dejan de lado sus trajes de superhéroes de Marvel para adentrarse en sus personajes con una solidez notable.
Es increíble la forma en que un sitio apartado de toda civilización puede cambiar la manera en que una persona ve el mundo y su realidad. Todos los personajes están forzados a lidiar con lo poco que tienen para resolver un caso de supuesto homicidio, mientras intentan darle curso a una vida que parece ser injusta con todos a los que arrastró allí.
Sin dudas, esta película puede dar que hablar en la próxima temporada de premios, y tiene con qué hacerlo. Siempre es bienvenido un filme de éstas características, donde la tensión y el suspenso se mantienen de principio a fin, y a la vez, llegan a compadecer de una manera tan efectiva.