Luego de trabajar como guionista en Sicario (Denis Villeneuve) y Sin nada que perder (David Mackenzie), Taylor Sheridan debuta como director con el thriller Viento salvaje.
Jeremy Renner se pone en la piel de Cory Lamberth, un cazador de animales salvajes que, una mañana, encuentra sin vida, y con aparentes signos de violación, el cuerpo de una joven de 18 años. Ahí es cuando entra en acción Jane Banner (Elizabeth Olsen), una inexperta agente del FBI que, con la ayuda de Lamberth, hará todo lo posible para resolver el caso.
Con el correr de los minutos, Sheridan mostrará que el motivo de Lamberth para ayudar a la joven agente no es desinteresado. Tiempo atrás, él perdió a su hija en condiciones similares. Con una actuación memorable, el actor que interpreta a Hawkeye en el Universo Marvel, destaca por completo a la hora de encarnar de forma sólida a su personaje.
Si bien el film se podría catalogar pura y exclusivamente como un thriller, la realidad es que esconde un trasfondo bastante diferente. Situando la historia en una reserva indígena americana, el cineasta busca mostrar las inhóspitas situaciones en las que deben vivir los nativos americanos en su tierra de origen.
Sin forzar el desarrollo de la trama, la película se va desenvolviendo de una forma lineal y natural, nada suena forzado en la opera prima del director estadounidense. Ni antes ni después, el clímax se da en el momento justo. Los cabos que, hasta el momento, se encontraban sueltos, finalmente cobran sentido en medio de una escena llena de violencia.