Matías Piñeiro tal vez sea el más talentoso de la última generación de cineastas argentinos. El director hace gala otra vez de su universo personal en esta historia que coquetea, una vez más, con Shakespeare. No hace falta más que ver el ensayo en loop de una única escena de Noche de reyes o dejarse guiar por la cámara dentro de un auto para disfrutar las sutilezas del virtuoso Piñeiro.