Una lección de cine
Viola es una película tan simple como compleja, siendo que ya desde el minuto inicial brinda un viaje cinematográfico a través de los hechos que provocan cada uno de sus protagonistas. El film de Matáis Piñeiro no necesita de un argumento demasiado sofisticado para atrapar de entrada al espectador, debido a que por medio de las situaciones que expone no hace otra cosa que deslumbrar, porque en todo momento Viola es cine.
Un grupo de chicas que ensayan una obra de teatro o una adorable joven que reparte copias de películas que vende junto a su novio. El argumento siempre da la sensación que cumplir un papel secundario porque la cámara es la que hace todo, la que provoca la atracción en cada plano. Cada movimiento de cámara resulta tan seductor que entre las distintas perspectivas que propone la imagen, aunque a veces se repitan los motivos, todo es en producto de resaltar el tema principal: contar historias como cine...