Complejo collage de situaciones
"La creación es un pájaro sin plan de vuelo". La expresión le pertenece a Violeta Parra, la cantautora más famosa de Chile. La película no es una biografía al estilo de los biopic del cine de Hollywood, y tampoco la historia oficial de esa mujer.
Más bien es un complejo y algo desaliñado collage de situaciones que tuvieron a la cantante como protagonista, desde su infancia rural y desdichada en el norte de Chile, hasta su madurez resentida y su trágica muerte en Santiago.
Violeta Parra nació el 4 de octubre de 1917 y se suicidó el 5 de febrero de 1967. Su padre fue el músico Nicanor Parra. Además de cantante, era poetisa, compositora y artista plástica y fue la primera mujer latinoamericana que pudo exponer sus obras en el museo del Louvre.
En la década de 1940 formó con su hermana Hilda un dúo de música folklórica denominado Las Hermanas Parra, hasta su disolución en 1953. Luego recorrió el país para recopilar sus tradiciones musicales, que volcó en el libro titulado Cantos folklóricos chilenos.
En 1955 fue invitada a presentarse en un festival de música en Polonia y con posterioridad, durante dos años, visitó Rusia, Italia, Alemania, Francia y Suiza, donde conoció al musicólogo y antropólogo Gilbert Favré, el destinatario de algunas de sus canciones de amor y desamor.
El filme se ocupa de sus tortuosas relaciones afectivas, de su ideología ("soy tan comunista que si me pegan un tiro me saldrá sangre roja", expresó en una entrevista en Buenos Aires), de su desapego familiar, su angustia existencial y su carácter individualista y autoritario.
De regreso de sus viajes por Europa, construyó en la comuna de La Reina su famosa carpa, con la idea de crear un centro de estudio y difusión del folklore, aunque no obtuvo el éxito que había soñado. Esa indiferencia del público habría sido uno de los factores que la condujeron a la muerte cuando tenía 49 años.
El filme incluye un considerable número de composiciones suyas, inclusive su escéptica canción Maldigo el alto cielo y Gracias a la vida , su tema más conocido y universalmente interpretado, que se escucha al final, quizás para compensar tanta tragedia y sabor amargo.
Pero Violeta se fue a los cielos no sería lo que es sin la presencia de la actriz y cantante Francisca Gavilán, que sobrelleva el mayor peso de la historia y lo hace con una total compenetración con su personaje.
Pero a pesar de eso y del minucioso trabajo de búsqueda y exposición de datos sobre la trayectoria de la cantante, este filme de Andrés Wood, el realizador de Machuca (2004) y La buena vida (2008) no produce en el espectador la empatía que podría suponerse.