"Souvenir" (Volver a empezar): golpe de timón.
Siempre es un placer ver en pantalla grande a Isabelle Huppert. La actriz que desde hace décadas ha trabajado con varios de los mejores directores europeos también intercala su carrera con algunas películas más chicas. En este caso, “Volver a empezar” es el segundo largometraje de Bavo Defurne, quien además es autor y uno de los guionistas de la película.
La historia es simple. Liliane es una empleada en una fábrica de paté, con una vida solitaria y rutinaria. Trabaja de manera mecánica pero efectiva, vuelve siempre en el mismo autobús leyendo un libro, y disfruta de ver un programa de preguntas y respuestas en la tv mientras se toma un café o un whisky. La aparición de un joven en su lugar de trabajo comienza de a poco a moverle los estantes que tan acomodaditos tenía en su vida.
Jean tiene 22 años, vive con sus padres y entrena para ser campeón de boxeo. Cuando la ve a Liliane la reconoce inmediatamente: era esa cantante exitosa de la cual su padre estaba enamorado y cuya carrera se desvaneció hasta desaparecer. Fascinado por esta mujer, la convence de a poco de volver a apostar a esa carrera que ella quiso, porque no creyó tener otra opción, dejar sepultada.
Primero con la idea de una única presentación, luego convirtiéndose Jean en su propio representante y por último con la oportunidad de participar y triunfar en el famoso concurso televisivo que hace treinta años estuvo a punto de ganar. En el medio, los conflictos. Jean y Liliane no pueden evitar sentirse cada vez más cercanos, tener una relación (o un intento de tal) y las diferencias son varias además de la más notable de todas: la edad.
Jean está encandilado por ella y por eso le duele descubrir luego que ella le pide ayuda a su ex marido –el culpable tanto de su éxito como de su fracaso tanto tiempo atrás- para poder volver al ruedo.
Hay mucho de novelezco en la trama, incluso en el tono de la película, que muchas veces intenta esconder pero sin demasiado éxito. Los brillos de sus vestidos o las luces del escenario, algunas tomas que parecen salidas de una publicidad que intenta demasiado ser glamorosa. Los diálogos entre demasiado explicativos, trillados y otros algo inverosímiles. De hecho la verosimilitud es un problema de la película, ya que por ejemplo muchas de las escenas o situaciones que Liliane, Laura en su nombre artístico, vive durante el concurso parecen bastante improbables.
Lo mismo pasa con la relación entre Jean y Liliane; el problema no radica en no creer que sea posible una relación entre dos personas con tanta diferencia de edad, sino que el modo en que está retratada la relación resulta bastante forzado muchas veces. Otro problema a la hora de narrar el paso por el concurso que podría devolverla a los focos es que sólo somos testigos de la historia de ella.
Sale y se compra al jurado y al público, enamora con su voz y su estilo que parece salido del old Hollywood. Pero nunca sabemos de los demás participantes, y por lo tanto es muy fácil deducir que prácticamente no tiene competencia, que el resultado no podría ser otro dentro de este cuentito. “Volver a empezar” termina resultando una película bastante fallida, vacía, amable, sí pero no mucho más.
Isabelle Huppert está ahí queriendo enaltecerla pero su presencia no llega a ser suficiente. Aun así confieso que el cierre del film, esos últimos planos, me parecen por fin los más lindos y simples que tiene toda la película. Sin palabras, simplemente miradas, y el ascensor que cierra sus puertas y se va. Si la película estuviera compuesta de más momentos como estos, sería otra mi reseña.