Después de haber cumplido una condena por fraude de valores, lavado de dinero y crimen organizado, Gordon Gekko (Michael Douglas) sale por las puertas de una correccional federal hecho un hombre cambiado. En el 2008, Jake Moore (Shia LaBeouf), un joven vendedor de propiedades está ganando millones de dólares en la compañía de su mentor: Keller Zabel Investments.
Winnie (Carey Mulligan), hija de Gekko y novia de Jake, apoya la determinación de su futuro marido de invertir en energía ecológica incentivada por un idealismo que no ve en los otros hombres que trabajan en Wall Street.
Sin embargo, una ola de rumores pone en jaque el trabajo de Jake: no tiene más remedio que acercarse a su suegro a espaldas de su mujer y descubrir la forma de salir a flote en el convulsionado mercado de valores de hace dos años.
Veintitrés años después del film original, el director Oliver Stone decidió poner al día su visión de la economía norteamericana. La trama –forzada en varios puntos y excesivamente extensa- hecha mano de recursos técnicos, visuales y estilísticos que no se encontraban disponibles allá por 1987, pero descuida la mordacidad que debería haber presentado. Con incontables guiños a los cinéfilos, esta segunda parte cuenta con las participaciones especiales de Susan Sarandon, Frank Langella, Elli Wallach y los cameos de Charlie Sheen (protagonista de la primera cinta) y del propio Stone.