La historia de la horda vs la alianza llegó a la sala de cine después de años de estar en un limbo de ideas, una etapa de producción casi interminable e infinidad de atrasos de fechas de salidas. Warcraft está aquí: Duncan Jones (Moon, Source Code) es el encargado de dirigir este proyecto que desde el día uno contaba con un interminable viento en contra para ser realizado correctamente. No sólo por parte de la legión de fans que venían esperando una adaptación hace décadas (me incluyo) sino de caer en el maleficio de las famosas “películas basadas en videojuegos”. Por suerte Warcraft es una sólida primera entrega y Jones respeta bases de la historia de un modo en que los no familiarizados con los fichines puedan sentirse atraídos y consigan una grata experiencia de todas formas.
Con personajes imponentes y un excelente uso del motion capture y CGI, Warcraft pisa fuerte. Sobre todo, en zonas problemáticas para una película “heavy” en efectos, que en su gran mayoría hacen que el público no salga convencido de lo que presencia a lo largo de la película. En estas cosas, el film cumple en su principal atractivo mostrando no sólo un mundo, sino figuras creíbles y con diferentes motivaciones las cuales los hacen verse realistas en un universo irreal.
Ahora bien, a pesar de ser una película con un nivel visual excepcional, Warcraft recibe bastantes golpes bajos culpa de la edición de Paul Hirsch gran maestro de este departamento y editor de una de mis películas favoritas Planes, Trains & Automóviles). Hirsch desenfoca tanto las historias con una oleada de cortes abruptos que se vuelven predecibles y sumamente irritantes, puede haber funcionado en El imperio contraataca y Una nueva esperanza – sí, hablo de Star Wars – por la cantidad de sub tramas y personajes que hay, pero en este caso, por más que cuente la vida de dos razas resulta un trabajo descuidado por donde se lo mire.
Warcraft cuenta una historia interesante, con un guión simplón a cargo de su director y Charles Leavitt. Hay muchos plotholes, muchas situaciones confusas que se resuelven a las apuradas y escenas de relleno sin ninguna razón que no llegan a nada. Esto da lástima porque se nota que tienen un amplio terreno para trabajar, pero de todas formas consiguen un resultado pobre. Warcraft: El primer encuentro de dos mundos es un notable inicio para la saga y se puede decir, la excepción de la regla de “adaptaciones de videojuegos”. Tiene grandes errores, de eso no hay duda, pero, se disfruta de principio a fin. Dentro de todo, son orcos vs humanos y ¿A quién no le gusta ver Orcos vs. Humanos dando pelea?
Dato gracioso: Uwe Boll se ofreció a dirigir la película, pero Blizzard se negó a venderle los derechos, “especialmente” vendérselos a él.