El Señor de los Fichines
Llega a las pantallas locales la película más exitosa basada en un videojuego hasta la fecha pero que, sin embargo, guarda varias sorpresas en su interior.
Cuando llega la hora de hablar sobre películas basadas en videojuegos, la primera imagen que llega a la cabeza es la hiper fallida versión de Super Mario Bros protagonizada por Bob Hoskins y John Leguizamo hace más de veinte años.
Ni siquiera la buena performance que tuvo Mortal Kombat en 1995, pudo sacar de la estigmatización al género, que además debió soportar otros bodrios del calibre de Double Dragon o Final Fantasy el Espíritu Interior en los años siguientes.
Sin embargo, la brecha la marcó hace algunas semanas Angry Birds que se alzó con más de 330 millones de dólares a nivel global, y que sin embargo palidecen ante los casi 500 millones que ha recaudado esta Warcraft, un film que llega con un retraso de casi un mes con respecto a los Estados Unidos.
Sin embargo, de la friolera mencionada con anterioridad, Warcraft sólo obtuvo 40 millones en los Estados Unidos, siendo que el resto corresponde al exterior, con especial énfasis en China, de donde son originarios la mayoría de los capitales que financiaron esta aventura fílmica.
Yendo al film, el mismo esconde debajo de la "adaptación" un relato al más puro estilo de "El Señor de los Anillos", historia con la que el videojuego guarda similitudes que más que "homenajes" podrían ser calificadas de plagio, pero como en el momento en que salió a la venta no había productos de este tipo, sus fanáticos le perdonaron "todo".
Warcraft es la tercera producción que dirige Duncan Jones, más conocido en el ámbito musical por ser el hijo del gran David Bowie, que sin embargo ha dejado de lado los rótulos con dos filmes muy bien catalogados como "En la Luna" y "8 Minutos antes de Morir".
En este caso, el marco de Warcraft limita bastante las ideas visuales de Jones, que sin embargo logra superar el estilo que Peter Jackson impuso en el género con sus seis películas de "El Señor de los Anillos" y "El Hobbit", y marca un pulso propio en lo referente al dinamismo con los que se mueven los personajes, tanto los humanos como los orcos y demás especies que habitan este universo.
Para quien no conozca la historia, se trata de una guerra que se desata entre los humanos y los orcos por la posesión de un territorio. En la película, los primeros defiende el reino de Azeroth de una invasión que dirige el malvado hechicero Gul´dan debido a que ya han agotado los recursos en su mundo de origen.
Sin embargo, el film no peca en condenar a los orcos –"diferentes" ellos- a ser "los malos" sino que se ubica una y otra vez en las trincheras de ambos bandos rescatando héroes por aquí y por allá, con menciones especiales para el mago Medivh (un muy prolijo Ben Foster), su aprendiz Khadgar (Ben Schnetzer), la orca Paula Patton y el guerrero Anduin (Travis Finmmel), todos ellos parte de un elenco seleccionado a través de todo el mundo como para que el producto final tenga atractivo para todos los mercados. Por acá, bien gracias pero los fans de "El Señor de los Anillos" y del fichín no se quejarán ante el resultado final.
Con efectos especiales acordes al presupuesto de 160 millones de dólares, este Warcraft no defrauda en casi nada, salvo en el hecho de que, como se anuncia en el título (Warcraft: el primer encuentro entre dos mundos), esto es solamente la introducción a una historia pensada para durar varios filmes.
Si es así de divertido, bienvenidos sean.